Pese a realizar un correcto partido ante Chivas, el elenco viñamarino no pudo concretar su anhelado paso a octavos del final.
Hay ocasiones en que los sueños se vienen de golpe al suelo y no existen argumentos que puedan amortiguar la sensación de fracaso. Pero en otras ocasiones queda al menos la sensación reconfortante que se luchó con dignidad hasta el final para concretar esos anhelos.
Eso es lo que seguramente sintieron anoche muchos hinchas evertonianos tras finalizar el partido ante Chivas. El empate 1-1 registrado en el Sausalito los dejó fuera de Copa Libertadores, en un resultado que a todas luces fue mezquino para los viñamarinos. Por eso, antes de retirarse del estadio la gente le brindó un fraternal aplauso a sus jugadores.
Después de 32 años sin competir en el ámbito internacional, el cuadro de Nelson Acosta tuvo chances hasta el último minuto para alcanzar su paso a octavos de final, pero en esta ocasión dejar el alma en la cancha no fue suficiente.
Conscientes que sólo les servía la victoria, los de la franja amarilla salieron desde el arranque a tratar de abrir el marcador. Pero no tuvieron orden y fueron sorprendidos por la principal arma que tienen los mexicanos: el contraataque.
La Sorpresa
A los 5 minutos Patricio Araujo envió un centro que pilló destapado a Javier Hernández por el sector derecho. El menudo ariete esperó la salida de Gustavo Dalsasso y le clavó la pelota al lado contrario. Un 1-0 que enmudecía al recinto viñamarino.
Los tapatíos aprovechaban las licencias por el sector izquierdo y con balones cruzados se las arreglaban para provocar peligro. Everton se arrimaba y también lograba generarse ocasiones, pero le faltaba profundidad con la pelota pegada al piso.
Pese al dominio territorial, la igualdad recién se concretó en los minutos iniciales del complemento. A los 47’ Jaime Riveros sirvió un tiro libre que se metió limpiamente al pórtico de Luis Michel, cuando los zagueros aztecas esperaban el centro. Golazo.
Si bien la visita tenía argumentos de sobra para seguir planteando el partido de igual a igual, optó por replegarse y jugar con la desesperación de su anfitrión, apostando por la salida rápida.
Pero el ritmo vertiginoso que le imprimió el “Rebaño Sagrado” al partido no fue el mismo que en la primera parte y fue entonces cuando comenzó el festival de oportunidades para los atacantes evertonianos.
Pero el ritmo vertiginoso que le imprimió el “Rebaño Sagrado” al partido no fue el mismo que en la primera parte y fue entonces cuando comenzó el festival de oportunidades para los atacantes evertonianos.
Nicolás Freitas conectó una pelota que sacaron de la raya a los 58’ y Miralles elevó por poco una pelota en una jugada gestada entre AdriánRojas y Roberto Gutiérrez a los 61’.
A eso se le sumaron dos cobros del juez argentino Héctor Baldassi que quedaron en la cabeza de los jugadores azulamarillos, sobre todo de Miralles, que alegó penal de Michel en un choque con el golero y una inexistente posición fuera de juego que le sancionaron justo cuando Riveros lo había dejado en una inmejorable posición para irse en demanda del arco.
Pero la chance más clara de la noche se produjo a cinco minutos del final. Freitas recupera en mediocampo, la abre para José Luis Muñoz y “Ribery” envía un centro que es conectado por Sebastián Penco, sin embargo, tal como sucedió ante Lanús, la pelota da en el horizontal del arco azteca. Después de eso un par de remates de distancia de Leandro Delgado mantuvieron el suspenso, pero Chivas hizo buen uso del tiempo e impidió que el marcador volviera a moverse.
Un final triste, pero que al menos se gestó de la manera más digna.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
Foto Gentileza: El Mercurio de Valparaíso
