De militar en clubes de Tercera División, el delantero pasó a marcar un gol histórico para el fútbol chileno.
Ni en sus mejores sueños el atacante José Luis Muñoz pensó en que podría protagonizar una jornada histórica para el fútbol chileno. El jugador nacido en O'Higgins, pero que sólo tuvo continuidad en Colchagua y Magallanes, de la Tercera División, se convirtió en héroe al marcar el tanto de la victoria de Everton sobre Lanús, por Copa Libertadores.
"Lo de ayer (martes) fue maravilloso, tanto en lo personal como en lo grupal, estoy feliz, pero creo que el plantel ya está pensando en lo que será el próximo partido contra Universidad Católica", indica el delantero, poco acostumbrado a la atención de los medios.
"Ribery", como es apodado por su más que evidente parecido con el astro francés, cuenta que cuando Nelson Acosta lo mandó al campo de juego se le pasó por la cabeza la idea de cambiar en triunfo la expedición oro y cielo a Buenos Aires.
"Sabía que se me podía dar alguna oportunidad y lo mejor de todo es que la pude aprovechar", apunta el jugador que a inicios de temporada probó suerte en Santiago Wanderers, pero no logró convencer al técnico Jorge Aravena.
METE PRESIÓN
Si bien Muñoz está consciente que los delanteros titulares de Everton son Ezequiel Miralles y Roberto Gutiérrez, sabe que con actuaciones como la que tuvo ante Lanús podrá tener mayores chances de jugar.
"Ellos andan muy bien, lo ideal sería tener más continuidad, pero tengo claro que voy a tener que trabajar muy duro para poder ser titular", señala con una humildad a toda prueba. Y es que la carrera del puntero de 21 años no ha estado exenta de sacrificios y fue por eso que en lo primero que pensó tras anotar el gol de la victoria ante los granates fue en su familia, en especial en su abuela.
"Tras convertir el gol me acordé de toda la gente que me ayudó a estar donde estoy, que fueron muchos, como mi abuela, mi mamá, mi representante y mis amigos...he tenido una carrera muy dura", confiesa, junto con agradecer el apoyo de Nelson Acosta, quien lo hizo debutar ante la "U".
"El siempre confió en mí y por eso quiero seguir respondiéndole", asegura, junto con revelar que tras el partido en Argentina el estratega no fue muy expresivo: "no me dijo nada, sólo me felicitó".
Finalmente, el atacante dice que el apodo de "Ribery" le agrada poco, y no sólo por el amenazante aspecto del futbolista galo. "No me gusta, pero a estas alturas hay que asumir no más, ojalá pudiera parecerme a él más en lo futbolístico que en lo físico, porque lo ideal es que la gente se preocupe más del juego que uno tiene que de otras cosas", concluye el nuevo ídolo de los viñamarinos.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
Foto Gentileza: El Mercurio de Valparaíso
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