Diagnósticos del balompié nacional, vivencias y definiciones metafóricas de lo que es el fútbol son algunos de los tópicos que aborda el entrenador de Everton en medio de una campaña que no ha sido del todo lo buena.
El ex director técnico de la Selección Chilena se muestra calmado, feliz y para nada ansioso, confiado de volver a conseguir los éxitos que lo llevaron de forma rápida a lo más alto del balompié nacional, se proyecta semana a semana, ya sin apuros, y mucho más aterrizado. Juvenal Olmos, que llegó a hacerse cargo de Everton después de estar un poco más de un año fuera de las canchas, tomó el desafío con optimismo. Lo sedujeron de muchas partes pero la nueva sociedad anónima pudo más.
"Everton confió en mis condiciones, me propuso un proyecto más atractivo y más serio. Igual tuve otras posibilidades, pero esta fue más fuerte", comienza el ex estratego nacional. El director técnico se muestra feliz en su nuevo lugar de trabajo, y se da el tiempo para hablar de las sociedades anónimas en general. Alaba el nuevo tipo de administración, aunque no reconoce en ella la panacea para todos los problemas del fútbol nacional.
"Las Sociedades Anónimas Deportivas no son la solución en sí, pero son el gran camino para llegar a todas las soluciones que llevarán al desarrollo de nuestro fútbol. Éstas están en poner un marco legal, mucho más organizado y con más responsabilidades". Agrega que "sin las S.A quizás habían muchas platas que se perdían, los jugadores no cobraban y hay que pensar que en Chile ningún club tiene un estadio cien por ciento moderno, los últimos fueron los de San Carlos y el Monumental, a principios de los noventa".
Los certeros comentarios del actual DT evertoriano no hacen más que comprobar lo autorizada de su voz. Durante la conversación advierte que donde más cómodo se siente, eso sí, es hablando estrictamente de fútbol. No le es difícil recordar sus goles más especiales, sus mejores compañeros y todas esas anécdotas que lo han acompañado tanto en la banca como en el campo de juego.
¿Cómo se disfruta más el fútbol: como DT o como jugador?
Como jugador se disfruta mucho más el fútbol. Ser entrenador es un puesto más complicado, menos atractivo. Hay mucha presión y responsabilidad. Hay condicionantes que hacen que esta profesión no la pueda ejercer cualquiera que le gusta el fútbol. Además el día del partido no eres agente principal, aún cuando trabajas muy duro durante la semana.
¿Cuáles fueron los mejores futbolistas que tuvo como compañeros?
Siempre compartí con grandes jugadores. Pero de los más especiales, están Gustavo Moscoso, en mis inicios en la Universidad Católica. Cuando jugué en Bélgica estuve con los seleccionados locales Dany Veyt y Philippe Desmet, quien fue cuarto del mundo en el Mundial de México 86. Ya en mi última etapa Néstor Gorosito, Alberto Acosta y Nelson Tapia creo que fueron también grandes jugadores con los que tuve la suerte de compartir.
¿Y como Director Técnico?
Ahí creo que los más importantes son Marcelo Salas y el Burrito Ortega, puesto que ambos, en su momento, estuvieron dentro de los mejores jugadores del mundo.
De los goles que más recuerda, ¿está el que convirtió por la UC en 1994 en la final de la Copa Interamericana?
Claro, porque fue muy especial. Ya se estaban jugando los descuentos de ese partido y nos quedábamos sin la copa, pero tuve la suerte de anotar agónicamente, y luego, en el alargue, logramos el primer y único título internacional para Católica. También recuerdo un gol jugando la Copa UEFA por el Waregern, y los de la Copa América de Brasil.
¿Cuál fue el mejor equipo que vio jugar en su vida?
Claramente la selección argentina de Bielsa en las eliminatorias para el mundial del 2002. Tenían un gran desarrollo del juego, de largo aliento y jugaban muy bien al fútbol, además que ya veía el fútbol como entrenador y me pareció un equipo muy bien trabajado.
¿Con Universidad Católica el 2002 usted intentó una idea parecida?
Puede ser, pero el equipo argentino tenía una elaboración ya de mucho tiempo. Yo en la Universidad Católica alcancé a estar un año y medio por lo que quedó inconcluso todo un trabajo táctico que hace que un equipo vaya alcanzando una real madurez. Pero el campeonato del 2002 fue un muy buen trabajo así como también lo fue el de Unión Española en mis inicios.
¿Siente que Juvenal Olmos es el nombre más fuerte dentro de los entrenadores del medio nacional?
Para nada. Hay profesionales de mucha jerarquía que están consiguiendo cosas importantes. Claudio Borghi está avanzando a un probable tricampeonato, Nelson Acosta (aunque a muchos no les guste) se ha logrado mantener en un gran nivel durante mucho tiempo. Yo estoy recién volviendo, tuve un muy buen comienzo de carrera, con un ascenso muy vertical y ahora estoy tratando de volver a conseguir grandes cosas… claro que paso a paso.
¿Y qué opina que jugadores como Milovan Mirosevic, Cristián Álvarez y Arturo Norambuena lo destaquen como el mejor técnico que los dirigió?
Siempre será un halago y una emoción escuchar eso. Los grandes trabajos siempre se recuerdan y esa etapa con la UC fue muy buena. Uno como profesional, al escuchar halagos, tiende a ser un poco egocéntrico pero hay que saber aterrizarse aunque obviamente agradezco cada muestra de cariño o de reconocimiento, más si vienen de jugadores que dirigí.
Y la selección nacional, ¿en que momento la ve?
Hay una muy buena generación de jugadores. Están pasando una transformación, se fueron los líderes y no es fácil que aparezcan otros. Aun no veo ocupado el lugar de líderes que dejaron Salas, Zamorano, Tapia...
Y futbolísticamente, ¿Chile está en un período de debilidad en el sector de ataque?
Yo este diagnóstico lo hice hace como tres años. Viene un periodo escaso de atacantes y hoy surge en primera línea Humberto Suazo, uno dice ojalá Mauricio Pinilla vuelva, Reinaldo Navia, José Luis Villanueva, pero comparativamente hace unos años estaban Zamorano y Salas triunfando en Italia, y detrás venían Rodrigo Barrera, Sebastián Rozental, Juan Carreño… Las eliminatorias son muy largas y cuesta imaginarse delanteros que puedan hacer el peso de la campaña de Chile.
¿Estamos mal entonces?
Matías Vidangossy y Alexis Sánchez emergen como claras posibilidades pero aún están muy nuevos y es difícil endosarles la responsabilidad total a ellos. Pero como faltan en delantera, sobra talento en el mediocampo ofensivo y confío en que Nelson Acosta pueda sacarle el mejor provecho a los jugadores que tiene.
¿Qué es lo mejor de Juvenal Olmos en la actualidad?
Mmm... difícil pregunta. Es mucho más fácil hablar de fútbol. Creo que ahora estoy más tranquilo, viendo las cosas con un prisma distinto. Estoy con un margen mayor para lo que son mis objetivos y logros. Antes quería alcanzar todo muy luego, uno se va dando cuenta de muchas cosas. Ahora no me proyecto más allá del 2007, por eso la selección tampoco es un objetivo para mí actualmente. Estoy aterrizado, ahora mi presente es Everton.
¿Qué se aprende con el fútbol?
Hay muchos valores que se pueden ir desarrollando con el fútbol, más bien con las posiciones en que el fútbol te pone. Un día estás en lo más alto y de pronto eres repudiado. Este deporte es como un remolino, pesca a los futbolistas y los entrenadores, los da vuelta para un lado, para otro, los pone de cabeza y luego los lleva a lo más alto. Hay que sacar algo de todo eso, así cobran valor todas las cosas.
¿Si le dieran a elegir, volvería a ser DT y futbolista?
Volvería a ser todo lo que soy. Es mi octava temporada como director técnico, estoy muy contento de cómo se me ha dado, es una profesión que no es fácil y hay que estar muy aterrizado para mantenerse y no irse a las nubes cuando te va bien, ni morirse cuando te va mal. Y lo que viví como futbolista no lo cambiaría por nada, es una época que no se puede explicar muy bien, sólo recordar.
¿Se puede ser feliz entonces con el fútbol como técnico?
No es fácil ser feliz, porque la presión es mucha. Pero si no estás ahí echas mucho de menos, es como que te falta algo, no estás completo. La presión de cada fin de semana, plantearse objetivos, todo eso hace que la vida de los que estamos ligado al fútbol cobre sentido.
¿Lo recomendaría entonces?
No creo que a todos les guste esta profesión, hay que tener una forma especial de ver la vida, más allá de que muchos opinemos de fútbol y nos cautive, no creo que a todos les guste ser entrenador, por las vivencias, porque un día te para alguien y te reputea, te para otro y te alaba… Valoro y me gusta esta profesión, por eso estoy en esto, volví porque creo que puedo lograr todavía muchas cosas que no me había planteado antes.
Fuente: Cdf/Luis Fabián Jopia
Foto Archivo.