martes, marzo 20, 2007
La última locura de Juvenal Olmos
A penas concluyó el clásico de la Quinta Región, con igualdad a uno entre Everton y Santiago Wanderers, Juvenal Olmos tuvo encerrado a sus jugadores por más de veinte minutos en el camarín. No le cabía en la cabeza el empate frente al archirrival de los ruleteros, sobre todo por la enorme diferencia de plantel que existe entre uno y otro equipo, y fundamentalmente porque los porteños terminaron con diez hombres el partido.
Entonces, como una forma de remecer al plantel y para evitar que se sigan produciendo distracciones como las del domingo, dio a conocer su idea que dejó a todos los jugadores helados: “Muchachos, mañana nos juntamos a entrenar a las seis y media de la mañana en el sector cinco de Reñaca”.
Todos se miraron sin entender nada. Muchos pensaron que como el próximo fin de semana no habría fútbol por el amistoso de la Selección, los trabajos recién se reanudarían el martes. Para colmo algunos jugadores se cruzaron en el pasillo con integrantes del plantel porteño, que les comentaron que ellos se reunirían recién el miércoles.
Así que dada la orden, todos llegaron puntualmente a la playa de Reñaca, que a esa hora estaba cubierta por una densa neblina. Esta vez las toallas y los trajes de baños fueron reemplazados por las zapatillas y unos abrigadores buzos, para combatir el frío matinal viñamarino.
“No quiero que piensen que esto es un castigo”, fue lo primero que pronunció Juvenal Olmos, aunque su cara decía lo contrario: “Quiero que entiendan que tenemos que estar todos unidos y por eso esta citación”.
Los jugadores, silenciosos, sólo escuchaban las palabras de su entrenador, que en ningún momento se explayó sobre el rendimiento colectivo e individual en el clásico ante los caturros. “Esta es la única forma de salir adelante, trabajando unidos”, arengó en un momento Olmos, antes de darle el mando al preparador físico Manuel Astorga, que sin mediar conversación mandó a trotar al plantel a la orilla de la playa.
Casi una hora estuvieron los jugadores corriendo en la arena, con la única compañía de las gaviotas que a esa hora sobrevolaban Reñaca. “No hay que hacer mucho drama con esto. Me parece bien que Juvenal realice este tipo de entrenamientos. No es nada del otro mundo”, señaló Antonio Martínez Seguí, presidente del directorio de la sociedad anónima deportiva que rige los destinos de Everton.
En todo caso, más allá de respaldar la medida, el dirigente fue claro en cuanto a las exigencias a Olmos: “No estamos en la posición que queríamos antes de iniciar el torneo. Pero nada está perdido y sé que saldremos de la mala racha”.
Fuente: Lun
Foto Archivo.
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