Comentario Water vs Everton

La emoción se quedó en las tribunas


Contreras y Estay fueron los goleadores de un duelo pobre en lo futbolístico.



Había ambiente de Clásico Porteño ayer en Playa Ancha. Santiago Wanderers y Everton llegaban en un buen momento futbolístico y la semana había estado cargada de recados y apuestas entre caturros y viñamarinos. Por eso el público respondió a las expectativas llenando salvo el sector sur, reservado para la visita el coliseo de avenida Carvallo.

El problema es que todo el ambiente que se generó en las tribunas no se traspasó a la cancha. Y eso que antes del minuto José Contreras hacía florecer las banderas verdes tras aprovechar un centro de Sebastián Roco por el sector derecho de la zaga oro y cielo.

Promesa incumplida

La escena era promesa de un buen espectáculo que al final nunca llegó. El Decano, fiel al estilo que impera en la "era Godoy", cedió la iniciativa a su rival. El problema es que los pupilos de Jorge García sintieron el golpe y pasaron largos minutos antes de que Cristián Uribe, Ángel Rojas y Braulio Leal se decidieran a buscar una igualdad que pareció llegar a los 14', cuando un remate de Rojas fue desviado por Sebastián Varas antes de superar a un impávido Francisco Prieto. El muchacho de Gómez Carreño ya había bailado su cueca cuando Miguel Acosta, a insinuación del guardalíneas Julio Díaz, anuló el tanto por posición de adelanto.

Pese al golpe anímico, la reacción visitante llegó. Pasados los primeros 20 minutos los "amarillos" comenzaron a tener la pelota. Uribe le ganó el duelo a Miguel Catalán, Rojas empezó a buscar las espaldas de Víctor Quintanilla y Sebastián Varas ya se conectaba con sus compañeros.

A los 26' Uribe casi silencia el estadio cuando un remate de media distancia exigió a Prieto. Los minutos pasaban y los porteños no podían quedarse con el balón. Sólo algunos intentos de José Luis Jiménez y José Soto alteraron los nervios de una retaguardia visitante que mostró buen nivel, sobre todo en la zona central.

Y cuando parecía que la "pandilla caturra" se iría en ventaja al descanso, se vino la paridad. Uribe aprovechó un débil despeje de Roco para enviar un centro que encontró la cabeza de Joel Estay. "Dinamita", sin la marca del propio seleccionado nacional, no tuvo inconvenientes para anticipar a Francisco Arancibia y vencer la valla local. Y lo celebró con todo, pues no convertía desde aquel recordado triunfo sobre Colo Colo.

Buenos Vecinos

Los que esperaban que el choque mejoraría en el segundo acto se equivocaron rotundamente. Está bien. Se dice que los clásicos son partidos cerrados en que nadie regala nada, pero eso no es un argumento suficiente a la hora de explicar por qué los vecinos quedaron en deuda.

En un duelo que transitó por el camino de la calculadora, fue Everton el que estuvo más cerca de quedarse con los puntos. En el complemento los viñamarinos siguieron manejando el balón pero eso no significó que los caturros estuvieran ahogados. El cuadro del "Chicho" llegaba pero sin la contundencia que se necesita para definir un duelo de estas características.

Estay lo tuvo varias veces en los mejores momentos de la visita. El trámite sólo se niveló cuando "Clavito" reaccionó mandando a la cancha a sus habituales "rematadores" de partidos. Michael Silva y Paulo Pérez le dieron más velocidad al ataque y ya los oro y cielo no llegaban con tanta continuidad. Además, Christian Gálvez le dio algo más de equilibrio a un sector de la cancha que, en líneas generales, fue territorio viñamarino.

Pese a los intentos de última hora un remate de Marco Estrada y un centro de Emilio Hernández que Leal no empalmó de lleno nada logró alterar la monotonía de un duelo que no respondió a las expectativas.

Pero quedó sólo en eso, ya no había tiempo para más. El Clásico Porteño terminó y seguro que no será recordado por muchos. A menos que uno de los dos eche de menos los puntos al final del Clausura.


Fuente: El mercurio de Valparaíso
(www.mercuriovalpo.cl)