Equipo de Acosta no tuvo los argumentos que lo hiciera merecedor de una mejor suerte. Los jugadores evertonianos habían asegurado que dar vuelta la llave ante Universidad Católica no era algo imposible. Que el 2-0 sufrido en Sausalito era remontable y que sólo dependía de ellos. Todo eso quedó en el discurso y en las buenas intenciones.
Porque anoche los pupilos de Nelson Acosta volvieron a mostrar los mismos problemas que sufrieron durante toda la fase regular y el empate sin goles ante los cruzados registrado en San Carlos terminó por eliminarlos del torneo de Clausura.
En lo futbolístico los oro y cielo cumplieron a medias, porque mantuvieron su buen registro como visitantes y por algunos pasajes pudieron contener los avances del local, pero se mostraron ineficientes a la hora de hacer daño en el arco rival.
MUY POCO
La desconexión entre el (otra vez) muy marcado Jaime Riveros y los delanteros fue total, al punto que durante los primeros 45 minutos fueron muy pocas las ocasiones que se generaron.
Así, poco a poco la UC fue dominando las acciones y Roberto Gutiérrez pudo abrir la cuenta para los precordilleranos, pero el delantero no estuvo fino en la puntada final y elevó cuando era más fácil echarla adentro.
En el complemento las cosas parecieron empeorar para los viñamarinos, ya que recién reiniciado el duelo se fue expulsado Francisco Sánchez por una incomprensible "plancha" sobre Hans Martínez. El hecho de quedar con 10 hombres se sumaba a la salida de Riveros, quien pocos minutos después fue reemplazado por Cristián Uribe.
Pero aunque parezca paradojal, el rendimiento de los auriazules mejoró. En primer lugar porque la salida del intrascendente lateral no afectó en nada y segundo, porque sin el "Liebre" los otros jugadores del mediocampo se vieron obligados a asumir el protagonismo.
De esta forma, los forasteros se comenzaron a atrever y además de un par de arrestos personales de Ramírez y Roco, también pudieron combinar para provocar cierta inquietud a sus contendores.
¿Lo más claro?, un par de remates que Paulo Garcés se vio obligado a manotear al córner y una mediavuelta de Adrián Rojas que terminó en un remate estrellado en uno de los verticales del pórtico cruzado.
Si bien la mejoría no daba para creer en un milagro, el partido mejoraba ostensiblemente. El problema es que con un jugador menos el gasto físico no demoró en notarse y la UC volvió a tomar la manija del compromiso.
El no tener la obligación de ir por la victoria le pesó a los pupilos de Marco Antonio Figueroa, que cayeron en lagunas que coincidieron con la baja en el rendimiento de piezas clave, como el argentino Damián Díaz. Los ingresos de Juan José Morales y Rodrigo Mannara no sirvieron de mucho y el debutante Cristián Torralbo siempre estuvo atento para evitar el peligro.
Un final triste y que termina con las ilusiones de una temporada que comenzó con altas expectativas para Everton, sobre todo por el regreso a la Copa Libertadores. Sin embargo, esta eliminación sólo fue el reflejo de los defectos que el cuadro de Acosta sufrió en el segundo semestre: la carencia de generadores de fútbol y la inexistencia de jugadores desequilibrantes en ofensiva.
Fuente: El Mercurio de Valparaíso
Foto Gentileza: El Mercurio de Valparaíso
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